jueves, 25 de febrero de 2021

Profesores de verdad. Historia de una búsqueda del Ser

 Roland Barthes decía algo como que si nos guiamos por el diccionario, por la definición y, en últimas, por el lenguaje en su intento de acceder a lo real, nos aprisiona la sintaxis y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, no tendremos el coraje de llamarlos arcángeles. 

Ésta es una imagen poderosa que expresa ese intento de relación forzada entre la valoración de un hacer contingente, condicional e histórico y un anhelo de ser normativo y definitorio que pueda, al fin, dar un sentido de coherencia a ese hacer que se nos presenta caótico y que no terminamos de aceptar.

Jorge era mi profesor de tecnología en la escuela secundaria de mi localidad. A ciencia cierta, no sé si se recibió alguna vez o, en tal caso, qué título tenía y por que lo habilitaba a dar entre otras materias, física, tecnología, teatro y vaya a saber cuántas más dependiendo de la condición histórica e institucional. Son cosas que pasan y que eran comunes, por lo menos en mi localidad. Eso de profes que dan varias asignaturas o de profes que no tienen título o que tienen pero nada tiene que ver con la formación pedagógica. 

Jorge entraba al aula, recuerdo particularmente un día de mi 6to año, y callado se acercaba al escritorio donde desenvolvía sus apuntes. Daba su clase, o parte de ella, sin percatarse siquiera de si lo escuchaban o no. No era de su incumbencia. Transitando la mitad de la hora, Jorge abandonaba sus intentos de transmisión o construcción del conocimiento (vaya a saber cuál corriente pedagógica seguía) y se acercaba dónde me encontraba con Berni, un amigo (si, en medio de la clase podía estar con un amigo haciendo otras cosas) y nos buscaba charla. Estimo ahora, 17 años después, que aquí comenzaba la clase para nosotros. Tecnología, muy poco. Historia, teorías conspirativas, religión, misterios, política y otras cosas ausentes en la currícula, bastante.    

Si de realización justa hablamos al igual que Larrosa (2019), esa armonía entre el ser normativo implícito de lo que debe ser un oficio y el hacer contingente, como ese pequeño espacio librado a la creatividad y a la disrupción en la intelligentsia pedagógica, Jorge no era ni mucho menos justo, ni mucho menos profesor de verdad

Sin embargo, si por sus frutos conocerás al árbol, gran parte de mi formación de grado y posgrado estuvo inspirada y motivada por las semillas que plantaron esas charlas al margen de la justicia pedagógica y curricular. El ser, parece aquí, inmolarse en su carácter normativo y reconocerse plenamente en el hacer caótico y contingencial. ¿Podrá acaso, volver el justo medio discursivo a intentar armonizar entre ellos? ¿Qué novedades nos depara la realidad?


miércoles, 17 de febrero de 2021

Paces

 Amor, conciencia, dinero, amor, paz, deseo, sexo, represión, liberación, fluir, amor, paz...